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Cómo los exámenes de detección mejorados pueden ayudarte a controlar tu diabetes

Por Christina Varvatsis Aug 17, 2022 • 6 min


El nivel de azúcar en la sangre crónicamente elevado puede dañar distintas partes del cuerpo, incluyendo los riñones, los ojos y los pies. Afortunadamente, hacerse exámenes de detección regularmente puede ayudar a identificar los problemas a tiempo y prevenir complicaciones graves.

Exámenes de detección para los riñones

La diabetes puede causar daño en los riñones que progresan con el tiempo (enfermedad renal crónica). La detección y el tratamiento tempranos pueden ayudar a retrasar la progresión a la insuficiencia renal y a prevenir la necesidad de diálisis o trasplante de riñón.

La Asociación Americana de la Diabetes (ADA- por sus siglas en inglés) recomienda hacerse evaluar la función renal al menos una vez al año. Esto suele incluir dos exámenes:

  • Una prueba de orina para comprobar si hay albúmina
  • Una prueba de sangre para calcular la tasa de filtración glomerular estimada o TFGe

La albúmina es un tipo de proteína. Normalmente, hay muy poca albúmina en la orina. Los niveles elevados de albúmina en la orina pueden ser una señal de que las unidades de filtración de los riñones están dañadas y con derrame. Para verificar los niveles de albúmina en la orina, necesitarás proporcionar una muestra de orina en el consultorio de tu proveedor de cuidado de la salud. Una prueba rápida en el consultorio con una tira reactiva puede indicar si hay proteína en la orina, pero las muestras suelen enviarse a un laboratorio para obtener resultados más precisos.

La TFGe mide la función renal y da un estimado de que tan bien tus riñones están filtrando los desechos y el exceso de agua de tu cuerpo. Para esta prueba, tu proveedor de cuidado de la salud te tomará una muestra de sangre para medir los niveles de creatinina, un producto de desecho que tu cuerpo produce de la proteína dietética y la descomposición muscular. De ahí, se puede calcular tu TFGe mediante una fórmula que toma en cuenta tus niveles de creatinina, tu edad, sexo y raza. 

La presión arterial alta pone a las personas con diabetes en riesgo de padecer una enfermedad renal, por lo que tienes que asegurarte de que te midan la presión en cada cita con tu proveedor de cuidado de la salud.

Exámenes de la vista

Con el tiempo, el nivel alto de azúcar en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos de los ojos y aumentar el riesgo de retinopatía diabética, una enfermedad ocular que puede provocar pérdida de la visión y ceguera. La diabetes también puede aumentar el riesgo de padecer de otras enfermedades oculares, como glaucoma y cataratas. Dado que la detección y el tratamiento temprano pueden ayudarte a proteger tu vista, los exámenes oculares periódicos son una parte importante del control de la diabetes.

La ADA recomienda que la mayoría de las personas con diabetes obtengan un examen ocular con dilatación de las pupilas anualmente, aunque puede que tu proveedor de cuidado de la salud te recomiende exámenes más frecuentes debido a tus factores de riesgo. Dado que la retinopatía diabética y otras enfermedades oculares pueden no causar síntomas en las etapas iniciales, los exámenes oculares regulares son esenciales para detectar problemas a tiempo.

Los exámenes oculares con dilatación son un procedimiento sencillo que no causan dolor. Antes del examen, un oftalmólogo te administrará unas gotas para dilatar (o agrandar) las pupilas. De ahí te examinará los ojos para detectar cualquier señal de retinopatía diabética u otros problemas oculares.

Junto con el control del azúcar en la sangre, mantener los niveles de presión arterial y colesterol en un rango saludable también puede ayudar a prevenir los problemas oculares. Tu proveedor de cuidado de la salud te medirá la tensión arterial en cada visita, y el colesterol se debería medir con un análisis de sangre una vez al año. Tu proveedor de cuidado de la salud puede recomendarte análisis del colesterol menos frecuentes si no tienes el colesterol alto, o si no estás tomando ningún medicamento para reducirlo.

Exámenes de los pies

Las úlceras en los pies -o llagas abiertas- son una complicación común de la diabetes. Lamentablemente, si la úlcera se infecta, aumenta la probabilidad de que necesites una amputación (extirpación quirúrgica de los dedos, el pie o parte de la pierna). El cuidado adecuado de los pies, que incluye exámenes regulares de los pies, es esencial para identificar y tratar los problemas a tiempo.  

Las pautas de la ADA recomiendan que las personas con diabetes se realicen un examen completo de los pies al menos una vez al año. Si tienes ciertos factores de riesgo, como la pérdida de sensibilidad en los pies o úlceras previas en los pies, debes hacer que tu proveedor de cuidado de la salud te revise los pies en cada visita

Un examen completo del pie diabético debe incluir:

  • Inspección de los zapatos para comprobar que se ajustan bien y hacer preguntas sobre el calzado
  • Inspección de la piel en busca de grietas, sequedad, cambios de color, callos, ampollas, úlceras o infecciones
  • Revisión de las uñas de los pies en busca de grietas o infecciones por hongos
  • Revisar si hay deformidades o cambios en la forma o estructura del pie
  • Realización de la prueba de monofilamento de 10g: una prueba que detecta tu capacidad para sentir presión en los pies mediante un alambre fino
  • Evaluación del pulso en las piernas y los pies

Además de la prueba de monofilamento de 10 g, los exámenes de los pies deben incluir al menos uno de los siguientes:

  • Evaluar la capacidad de sentir vibraciones colocando un diapasón contra el pie
  • Comprobar la percepción del dolor pinchando suavemente los pies con un pequeño alfiler (prueba del pinchazo)
  • Evaluar los reflejos del tobillo utilizando un pequeño martillo

También es importante revisarte los pies todos los días en casa, incluso cuando te sientas bien. Comunícate con tu proveedor de cuidado de la salud de inmediato si observas cualquier señal de problema, como ampollas, cortes, rasguños o úlceras.

Exámenes de hemoglobina glicosilada (A1C)

A diferencia de las medidas de azúcar en la sangre, que proporcionan una descripción del control del azúcar en la sangre en un momento determinado, el nivel de A1C indica que tan bien ha sido controlado tu azúcar en la sangre durante los últimos tres meses. Los niveles de A1C más altos aumentan el riesgo de desarrollar complicaciones de la diabetes. Tu equipo médico de atención a la diabetes utilizará tu nivel de A1C para determinar lo bien que están funcionando tus tratamientos y si es necesario hacer algún cambio.

Tu proveedor de cuidado de la salud medirá tu A1C con una prueba de sangre. La ADA recomienda medir los niveles de A1C al menos dos veces al año si estás cumpliendo tus objetivos de tu tratamiento. Sin embargo, tu proveedor de cuidado de la salud puede recomendar un monitoreo más frecuente si tu tratamiento de la diabetes ha cambiado recientemente o si tienes problemas para mantener tu nivel de azúcar en la sangre en un rango saludable.

Hay mucho que controlar cuando se trata de manejar la diabetes. Pero trabajar con tu proveedor de cuidado de la salud para programar estos exámenes de detección regularmente puede ayudar a mantenerte sano e identificar y tratar cualquier problema tan pronto como ocurra.