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Te diagnosticaron diabetes tipo 1 como adulto: ¿Ahora qué?

Por Julie Davis Canter Sep 14, 2022 • 8 min


Escuchar que tienes diabetes tipo 1, o T1D, puede ser tan impactante como abrumador. Puede que tengas muchas preguntas. ¿Cómo sucedió? ¿Cómo es que nunca lo supe hasta ahora? ¿Qué hago ahora? Bueno, no estás solo en esto. Muchos pacientes con diabetes tipo 1 son diagnosticados en la edad adulta.

¿Cómo es que tengo diabetes tipo 1 de golpe en la edad adulta?

Es posible que esa pregunta esté constantemente en tu cabeza, especialmente porque se solía pensar en T1D como una enfermedad de la niñez. T1D es una enfermedad autoinmune, lo que significa que tu sistema inmunológico se descontrola y ataca a tu propio cuerpo. En este caso, apunta a las células de tu páncreas que generan insulina. La insulina ayuda a que la glucosa pase de la comida que ingieres a tu torrente sanguíneo y a tus células. Cuando no produces la suficiente cantidad de insulina para esa transferencia, tu nivel de azúcar en la sangre puede aumentar. Este puede ser un proceso lento, pasando años antes de que aparezcan los síntomas.

No se sabe bien qué es lo que hace que tu sistema inmunológico comience a descontrolarse. Una posibilidad es que ciertos genes con los que naciste se activan de pronto por algo en tu entorno.

Ten la seguridad de que las elecciones de tu estilo de vida no causaron tu T1D, pero las decisiones que hagas de aquí te ayudarán a controlar exitosamente esta condición compleja.

Controla tu T1D

El control de la diabetes tipo 1 tiene muchas partes cambiantes, entonces, cuando recién empiezas, es inevitable que haya una curva de aprendizaje. Uno de los primeros pasos para vivir una vida saludable con diabetes tipo 1 es aprender a controlar correctamente tus niveles de azúcar en la sangre, lo que te ayudará a saber cuándo debes inyectarte la insulina y en qué cantidad.

Conceptos básicos sobre el azúcar en la sangre

El control del azúcar en la sangre aumentará tu energía y mejorará tu sueño, estado de ánimo y concentración. Además, ayuda a evitar futuras amenazas a tu salud como enfermedades cardíacas, renales, problemas oculares y daños en los nerviosos. Aunque puede ser complicado porque los niveles cambian según los alimentos que ingieres y las actividades que realizas, incluyendo el ejercicio.

Quieres que tus números estén bien. Para la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, estos deben estar entre 80–130mg/dL antes de comer y menos de 180mg/dL dos horas después de comer. Si están demasiado altos, corres el riesgo de una hiperglucemia con síntomas que pueden incluir confusión, dolor de cabeza, sed extrema, orinar frecuentemente, fatiga, irritabilidad y visión borrosa. Si están muy bajos, corres el riesgo de una hipoglucemia, con síntomas que pueden incluir confusión y dolor de cabeza, mareos y aturdimiento, irritabilidad, problemas de concentración, sudor y temblores, aceleración del ritmo cardíaco y, en situaciones extremas, dificultad para hablar y convulsiones.

Entendiendo la insulina

La mayoría de las personas necesitan dos tipos:

  • La insulina basal, que se toma una o dos veces por día, ayuda mantener el azúcar en la sangre en un nivel constante aparte de las horas de las comidas.
  • La insulina prandial, que se toma antes de las comidas, ayuda a estabilizar el azúcar en sangre después de comer.

La insulina se describe de acuerdo con lo rápido y lo duradero que es su efecto, con términos como acción rápida, acción corta o acción larga. Tu equipo de cuidado médico desarrollará un plan para ayudarte a saber qué es lo que necesitas y cuándo.

Aprovechar las soluciones de alta tecnología

Antes, las personas con diabetes tipo 1 solían tener que pincharse constantemente los dedos para medir su azúcar en la sangre con un medidor de glucosa manual y administrarse inyecciones. Hoy los dispositivos portátiles pueden hacer la mayor parte del trabajo. Un monitor constante de glucosa (MCG) verifica tu azúcar en la sangre durante las 24 horas. Una bomba de insulina te proporciona un flujo constante de insulina a lo largo del día y puede brindarte dosis adicionales en los horarios de las comidas para ayudarte con los aumentos en tu azúcar en la sangre generados por los alimentos que ingieres. También puedes recibir una dosis si lo necesitas con tan solo presionar un botón. Los sistemas más avanzados son los de circuito cerrado, con un MCG, una bomba de insulina y software especializado que se comunican entre ellos. También son conocidos como sistemas de dosificación automática de insulina (AID por sus siglas en inglés) o sistemas de páncreas artificial, algunos de estos pueden ser conectados a tu teléfono inteligente.

Un sistema AID puede mejorar dos aspectos importantes:

  • Tu número A1C—el resultado del análisis de sangre que muestra qué tan bien estás controlando tu azúcar en la sangre durante los últimos tres meses.
  • Tu TIR (tiempo en rango)—por cuánto tiempo tu azúcar en la sangre se queda en el rango deseado en cualquier día. 

Crea una red de cuidado

Controlar tu T1D es más fácil cuando tienes mucho apoyo.

Comienza con tu equipo de cuidado de la salud:

  • Doctor de cuidado primario para necesidades rutinarias
  • Endocrinólogo para tratamiento especial de la diabetes
  • Otros especialistas, como un podólogo (médico de los pies) y un oftalmólogo (médico de los ojos)
  • Dietista nutricionista titulado
  • Especialista certificado en atención y sobre la diabetes (CDCES por sus siglas en inglés)
  • Farmacéutico

Aprende de expertos en T1D:

Trabajar codo a codo con un educador certificado en diabetes te permitirá:

  • Mejorar los ciudados diarios
  • Elegir alimentos que colaboren con un mejor equilibrio del azúcar en la sangre
  • Hacer ejercicio cuidadosamente
  • Dominar el proceso de medirse el azúcar en la sangre y el uso de la insulina
  • Detectar las señales de advertencia de niveles altos y/o bajos de azúcar en la sangre
  • Detectar problemas de forma temprana para evitar complicaciones

Además, un programa de educación y apoyo para el autocontrol de la diabetes (DSMES por sus siglas en inglés) puede ayudarte a ponerte al día rápidamente. Aprenderás cómo superar los obstáculos de cuidado y los altibajos emocionales y a proteger tu salud en general. Pídele una referencia a tu proveedor de cuidado de la salud o busca un especialista.