Pruebas y diagnóstico de la gripe

La influenza (la gripe) es una enfermedad respiratoria viral que afecta a millones de personas cada año.

Los síntomas pueden incluir fiebre, tos, congestión o goteo nasal, dolor de garganta y/o de cabeza, escalofríos y fatiga. No siempre es necesario hacer una prueba de la gripe para diagnosticarla. Sin embargo, en algunos casos tu proveedor de cuidado de la salud puede necesitar confirmar si tienes la gripe y por eso puede recomendarte que te hagas una prueba.

Es común que los proveedores de cuidado de la salud diagnostiquen la gripe según los síntomas y un examen, especialmente durante la temporada de la gripe cuando esta se propaga por tu comunidad.

Muchas veces no se hace una prueba de la gripe porque si hay un alto nivel de gripe en la comunidad y tienes síntomas pero tu prueba da negativo, se recomienda de todas modos que recibas tratamiento.

Hay una variedad de pruebas que se usan para diagnosticar la gripe. Las más comunes son las pruebas de diagnóstico rápido de la influenza (RIDT - por sus siglas en inglés) que pueden ser realizadas en el consultorio de un proveedor de cuidado de la salud. Las RIDTs pueden detectar antígenos (partes del virus) que estimulan una respuesta inmunitaria. Una prueba molecular rápida es otra prueba de la gripe que puede detectar el material genético del virus. Además de las pruebas rápidas, existen varias pruebas de la gripe más precisas y sensibles que deben realizarse en laboratorios especializados, como aquellos que se encuentran en los hospitales o en los laboratorios estatales de salud pública.Hay una variedad de exámenes que se usan para diagnosticar la gripe. El más común consiste en las pruebas de diagnóstico rápido de la influenza (RIDTs) que pueden ser realizadas en el consultorio de un proveedor de cuidado de la salud. Ls RIDTs pueden detectar antígenos (partes del virus) que producen una respuesta inmune. Una prueba molecular rápida es otra prueba de la gripe que puede detectar el material genético del virus. Además de las pruebas rápidas, existen varias pruebas de la gripe más precisas y sensibles que deben realizarse en laboratorios especializados, como aquellos que se encuentran en los hospitales o en los laboratorios estatales de salud pública.

Una prueba de la gripe normalmente consiste en que un proveedor de cuidado de la salud obtenga una muestra del interior de la nariz o de la parte posterior de la garganta con un hisopo estéril. Luego, el hisopo se analiza para detectar la gripe.

Las pruebas de la gripe que se realizan en el consultorio o clínica de un proveedor de cuidado de la salud toman entre 10 y 30 minutos en brindar los resultados según el tipo de prueba utilizada. Las pruebas que se envían a un laboratorio para ser analizadas toman más tiempo para recibir los resultados.

La precisión de la prueba de la gripe depende del tipo de prueba que se realice y del tipo de gripe que se esté propagando. Si bien las RIDTS son las pruebas de la gripe más comunes, no son tan precisas como las pruebas moleculares y parecen ser mejores para detectar la gripe en los niños que en los adultos. Por lo general, si recibes una prueba rápida positiva durante un brote de la gripe, probablemente significa que estás infectado con la gripe. Ten en cuenta que puede haber falsos negativos (es decir, la prueba es negativa, pero en realidad tienes la gripe) y falsos positivos (es decir, la prueba es positiva, pero en realidad no tienes la gripe).

Hay kits de pruebas rápidas de la gripe para realizar en el hogar y kits de pruebas combinadas que pueden identificar la infección por la gripe A y B, el virus respiratorio sincitial, más conocido como VRS, junto con el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19. Estas pruebas incluyen obtener una muestra en el hogar, enviar por correo la muestra al laboratorio para ser analizada y luego recibir los resultados. Sin embargo, por ahora, estas pruebas no han sido aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA- por sus siglas en inglés) y pueden no ser disponibles en todos los estados.

La mayoría de las personas que tienen la gripe tienen síntomas leves y se recuperan sin necesidad de un tratamiento. Aun así, la gripe puede ser grave y algunas personas son más propensas a desarrollar complicaciones. Entre ellas se encuentran las personas de 65 años y mayores, los niños de 5 años o menores (especialmente los que tienen menos de 2 años), los niños con enfermedades neurológicas, las personas embarazadas y las personas con asma, diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Si tienes síntomas preocupantes, no mejoras o corres el riesgo de desarrollar complicaciones, comunícate con tu proveedor de cuidado de la salud. Tu proveedor de cuidado de la salud puede decir si es necesario hacerte una prueba de la gripe como también recomendarte tratamientos.

Revisado clínicamente en junio del 2022.